¿Qué es Alzheimer?

El término Alzheimer proviene del apellido de Aloysius “Alois” (1864 – 1915) psiquiatra y neurólogo alemán quien identificó por primera vez los síntomas de lo que se conocería como la enfermedad o mal de Alzheimer. Este apellido es de origen alemán, donde –Heim es un sustantivo neutro cuyo significado es casa, hogar, patria, residencia y el sufijo –er posee el concepto de pertenencia.

Clase: sustantivo propio. Utilizado detrás de la palabra mal o enfermedad uniéndose a ellas por la preposición “de”.

Definición de Alzheimer

La Real Academia Española da como definición de esta enfermedad “trastorno neurológico progresivo caracterizado por la pérdida de la memoria, de la percepción y del sentido de la orientación, que se produce ordinariamente en la edad senil.”

En la Neurología se lo define como “demencia presenil que produce una atrofia de la corteza cerebral y una dilatación de los ventrículos. Las personas afectadas suelen padecer trastornos de la memoria, desorientación temporal y espacial, incapacidad para expresarse de forma oral y escrita (afasia), imposibilidad de reconocer personas u objetos (agnosia), incapacidad de realizar movimientos coordinados para realizar un fin (apraxia), etc. La enfermedad parece estar relacionada con una deficiencia de neurotransmisores colinérgicos causada, posiblemente, por la acción de virus de ciclo lento. No existe aún un tratamiento efectivo para curar la enfermedad, puesto que las lesiones cerebrales que ocasiona son irreversibles; así pues, los fármacos van destinados a mejorar la sintomatología de los estados iniciales y a retrasar la evolución del trastorno. En la primera parte de la dolencia se recomienda una adecuada estimulación y una oportuna terapia ocupacional para potenciar el rendimiento intelectual y mejorar la calidad de vida de los afectados”. (Medical Dictionary 2011).

Sinónimos de Alzheimer

Demencia senil de tipo Alzheimer (DSTA).

Ejemplos de uso y frases

“El diagnóstico de Alzheimer de su mamá, la ha puesto muy triste, no obstante se ha comprometido a acompañar a su progenitora en todo el proceso, dándole alegría, amor y paz”. Aquí se aplica a asistir a un enfermo de este mal.

“Aunque no sufre mal de Alzheimer el médico le ha recetado donepezil”. Señala en este caso al uso de un fármaco relacionado con esta enfermedad.

“Para ayudarlo y atenderlo adecuadamente, lo han internado en un centro especializado para la enfermedad de Alzheimer”. En esta oración se utiliza refiriéndose a una institución especializada en este trastorno.

Fases del Alzheimer

Las tres etapas en las que se divide este mal, solo representan su progresión. Sin embargo, no a todos los enfermos les afecta de la misma manera, por lo que estos síntomas pueden variar en gravedad y cronología. Incluso se pueden encontrar fluctuaciones, a diario, y superposición de síntomas.

En todas las etapas existe deterioro progresivo de los procesos mentales y de la memoria, problemas de comunicación, cambios de personalidad, conducta errática, y dependencia y pérdida de control sobre funciones corporales.

Alzheimer

Cabe destacar que en promedio se considera que las personas con esta afección viven de 8 a 10 años después del diagnóstico, no obstante la enfermedad puede durar hasta por 20 años.

-Enfermedad muy temprana o leve. En esta etapa la persona comienza a ser menos enérgica y menos espontánea. Pierde mínimamente la memoria y tiene cambios de humor. También es más lenta para aprender y reaccionar. Comienza a aislarse, a evitar la gente y nuevos lugares. Suele tener confusiones, dificultades para la organización y planificación. Realiza frases más cortas, mezcla ideas sin relación directa, tiene problemas para encontrar las palabras, aunque razona adecuadamente; también tienen problemas para comprender el material escrito. Le cuesta realizar las tareas de rutina y puede convertirse en una persona enojada y frustrada.

-Enfermedad moderada. Aquí comienza a convertirse en una persona discapacitada. No puede estar seguros solos y por eso se torna en más dependiente, necesita ayuda para el autocuidado (comer, asearse, vestirse), y necesita una supervisión diaria de todo lo que hace, ya que pueden perder el equilibrio y tener caídas espontáneas. Se olvida de los acontecimientos recientes y su historia personal; memorias del pasado lejano se confunden con el presente y afectan la capacidad para comprender la situación actual, fecha y hora. Puede no reconocer a familiares cercanos. Aumenta la dificultad del habla: repite frases, no las acaba, le cuesta relacionar y diferenciar conceptos. Tanto la lectura como la escritura son más difíciles y la persona puede inventar palabras. Cuanto más consciente el paciente se hace de estos problemas se puede volver depresivo, irritable e inquieto o apático y aislado.

-Enfermedad avanzada o severa. En este período la persona pierde la capacidad para alimentarse a sí misma,  para hablar, limpiarse y para moverse, tampoco controla las funciones corporales: le cuesta tratar, se atraganta y no controla esfínteres. Se pierde la memoria reciente y la remota. No reconoce a sus familiares. Su comportamiento es como el de un niño pequeño porque llora, grita, se agita, no comprende una explicación y pueden tener períodos de agresión. Solo balbucea. Algunos pacientes permanecen rígidos y mudos. Aumenta el riesgo de infecciones, deshidratación, desnutrición y heridas por inmovilización. De hecho, muchas de las causas de muerte, se deben a estas complicaciones.

Alzheimer tratamiento

No existe cura. El objetivo del tratamiento es reducir el progreso de la enfermedad; manejar los problemas de comportamiento, confusión y problemas del sueño; modificar el ambiente del hogar para que el paciente pueda desempeñar las actividades diarias; apoyar a los miembros de la familia y a los cuidadores.

Son cuatro los medicamentos aprobados por la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA en inglés) llamados inhibidores de colinesterasa que retardan la degradación de la acetilcolina que es el químico que tienen con bajo nivel, quienes sufren esta enfermedad. Estos medicamentos son: Donepezil (Aricept), rivastigmina (Exelon) y galantamina (Razadyne) y tacrine (Cognex).  Por su parte la memantina (Namenda) que se utiliza para la etapa moderada a severa.

Se puede requerir además medicamentos para controlar los comportamientos agresivos para lo cual se receta en ciertos casos el haloperidol, risperidona y la quetiapina que se administran en dosis muy bajas, debido al riesgo de efectos secundarios.